¿Por qué nuestras joyas son más raras que los diamantes?

A menudo pensamos en los diamantes como el símbolo supremo de rareza y valor. Pero la verdad es que están por todas partes.

Se forman en las profundidades subterráneas de la Tierra, e incluso en otros planetas. Los científicos creen que en Urano y Neptuno llueven diamantes. Las estrellas enanas blancas podrían tener núcleos de diamante. La presión y el calor producen diamantes en todo el universo.

¿Pero nuestras joyas? Eso es algo que solo la Tierra puede crear.

Las piezas de Amazonian Treasures nacen no de la piedra sin vida, sino de la vida misma.

Cada collar, pendiente o pulsera lleva el alma del bosque: está hecho de semillas, madera y fibras naturales que crecen solo donde los ríos fluyen y la luz del sol se filtra entre las copas de los árboles. Este material no se forja con la presión, sino con el tiempo, la luz solar y el milagro de la fotosíntesis.

La madera, las semillas y las fibras sólo son posibles donde hay agua, oxígeno y vida, algo que ningún otro planeta que conocemos puede ofrecer.

Nuestras joyas son elaboradas a mano por artesanos indígenas y ribereños que transmiten la sabiduría de generaciones. Estas creaciones son más que accesorios: son historias vivas, moldeadas por la naturaleza y la cultura, y arraigadas en el respeto por la tierra.

Así, aunque los diamantes puedan brillar en galaxias distantes, los Tesoros Amazónicos esconden algo infinitamente más raro:

Un rastro del aliento vivo de la Tierra.

Un susurro de la selva tropical.

Un tesoro que puedes llevar puesto y que honra su origen.

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